19 marzo, 2007

Carta al obispo de Huesca de Antonia

AL OBISPO JESÚS SANZ

Como cristiana participando y comprometida en la tarea por conseguir un mundo más humano y más justo, siento una gran pena al leer la carta pastoral y los mensajes que en alguna de ellas nos envía el Señor Obispo. Hoy ya ha sido indignación.
¿Dónde está el mensaje evangélico de Jesús, el que nos llama a participar en la construcción del Reino de Paz, Justicia y Amor?
Él no hace distinción con nadie, Él viene a salvarnos a todos y, si es preciso, se enfrenta a las instituciones religiosas y políticas de su tiempo para conseguirlo.
El mensaje de fondo de este domingo nos muestra la forma de estar y de ser de Dios para con los hombres y la humanidad: Dios es compasivo y misericordioso, padece con nosotros y está con nosotros.
¿Dónde está el apoyo a los pobres, a los trabajadores que se quedan sin trabajo, a los jóvenes que no pueden conseguir una vivienda digna?
¡Con lo sencillo que sería escribir el evangelio de cada domingo y, con humildad y respeto, hacer una llamada a la reflexión!
Hace un par de semanas el evangelio nos hablaba de las bienaventuranzas: “dichosos los que ejercitáis misericordia, trabajáis por la paz, buscáis la justicia... y dichosos los perseguidos por ello”.
Hoy, como cristiana, me cuesta sentirme hermana con los representantes de esta iglesia oficialista y partidista.
Ya nos dice bien claro Jesús en el evangelio: “dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”.
Creo que la labor de nuestros pastores tiene que ser de orientación y animación en la tarea que cada uno tenemos que desarrollar y respetando la ideología de cada cual. Como cristiana participativa y comprometida en la tarea por conseguir un mundo más humano y más justo.


ANTONIA

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