03 julio, 2007

Educación para la ciudadanía. Comunicado de CCP estatal

En nuestra sociedad actual hay un lamento constante sobre la pérdida de valores (solidaridad, respeto, servicio, participación ciudadana, etc.), y sobre la implantación, por otra parte, de los contravalores correspondientes (individualismo, consumismo, afán desmedido de tener, prestigio social hipócrita, hedonismo desmesurado, etc.). Todo ello favorecido por la globalización capitalista que nos invade.

Esto configura un mundo que no nos gusta, en el que prima la violencia, siendo muy llamativa la de género y el terrorismo; abuso de poder y corrupción; grandes desigualdades, sobre todo, entre países del norte y del sur; hambre y miseria en el tercer y cuarto mundo… Como contrapunto alentador, constatamos también que en medio de este mundo injusto hay muchos signos esperanzadores y muchas personas, con muy nobles sentimientos, que destacan por su entrega, llena de responsabilidad, en los distintos ambientes, públicos y privados, en que se realiza su vida.

En estas circunstancias, la sociedad, y en especial quienes tienen responsabilidades de gobierno, no pueden permanecer con los brazos cruzados, sin buscar soluciones adecuadas a los problemas arriba mencionados. Y no cabe duda de que la educación, en la familia, en el colegio y en diversas instituciones dedicadas a esta tarea… desde la infancia, es el primero y más importante instrumento para conseguirlo.

Por eso consideramos muy necesario completar o suplir la labor educativa familiar con la implantación del área “Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos” con un doble objetivo: adquirir hábitos civiles y ofrecer también conocimientos de los valores que se quieren transmitir. Estos valores, lógicamente, deben ser universales y válidos para toda la ciudadanía, ya sean personas creyentes de distintas religiones, como agnósticas o ateas. No podemos olvidar que nuestra sociedad es plural en ideologías y religiones. Queremos dejar muy claro que estos valores no están en contra de la fe cristiana, sino que encajan perfectamente con los valores evangélicos.

Queda intacto, sin embargo, el derecho de la Iglesia, a proponer en sus enseñanzas y con su vida la fe en la trascendencia y el seguimiento de Jesucristo, para que pueda ser libremente aceptado. Pero está claro que no se puede imponer a nadie. Por ello, no entendemos como la Jerarquía de la Iglesia Católica se niega a aceptar esta área educativa y hasta aconseja la “objeción de conciencia a la misma”. Nos parece intolerable afirmar que esta área educativa ha sido impuesta de una forma dictatorial. Por lo que hemos podido conocer, se ha consultado a todas las Comunidades Autónomas y a más de veinte organizaciones sociales y que tienen algo que decir en esta materia. Mencionamos a modo de ejemplo, solamente algunas: Amnistía Internacional, Caritas, Federación de Religiosos de la Enseñanza, Asociación Universitaria de Profesores de Didáctica de Ciencias Sociales, Confederación Española de Centros de Enseñanza y otras. Los obispos también han sido consultados en varias ocasiones, como sabemos por los medios de comunicación social.

Conviene saber también que, a pesar del rechazo de la Conferencia Episcopal y de algunos obispos en particular, la Federación de Religiosos de la Enseñanza ha manifestado su voluntad de impartir en sus colegios el área “Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos”, “desde la visión cristiana de la vida”. Por otra parte, esta área educativa responde “a la insistencia de la Unión Europea sobre la necesidad de fomentar la ciudadanía responsable”. Los contenidos doctrinales del área coinciden con principios de la “Declaración Universal de los Derechos Humanos”, la “Convención de los Derechos del Niño” y la “Constitución Española”.

Hemos estudiado detenidamente los contenidos y objetivos de la asignatura de educación para la ciudadanía y también los textos elaborados por SM y Santillana, Editoriales de religiosos y religiosas dedicados a la enseñanza y tenemos que afirmar sin lugar a dudas que nos extraña mucho cómo algunos de los obispos españoles pueden negarse a apoyar estas enseñanzas. Y menos comprendemos todavía las afirmaciones tan rotundas de condena que hacen en sus declaraciones: “Que esta área atenta contra la libertad de los padres en la educación moral de sus hijos”. “Que promueve el relativismo”. “Que fomenta la ideología de género” (lo que para nosotros es positivo y bueno, por lo que supone de rechazo al machismo reinante en la sociedad y en defensa de la igualdad hombre-mujer como personas).

Como conclusión: desde nuestra propia convicción creyente o social responsable, apoyamos y defendemos la enseñanza de todos los valores contenidos en el área “Educación para la ciudadanía y los Derechos Humanos”. Creemos que son válidos para todos los miembros de la sociedad y que no son contrarios a la fe cristiana, que profesamos muchas personas de las que hacemos esta reflexión. Dejando clara nuestra posición, apostamos por la libertad de conciencia y la responsabilidad personal en la toma de decisiones, sin condicionamientos ajenos, después de un estudio serio del tema.

COORDINADORA ESTATAL DE COMUNIDADES CRISTIANAS POPULARES