21 enero, 2010

Aparte de alabar

Aparte de alabar (merecidamente) la solidaridad de la respuesta internacional ante el grave terremoto ocurrido en Haití, deberíamos analizar por qué sus consecuencias han sido tan desastrosas. Si este terremoto se hubiera producido en Japón o en California, los daños causados habrían sido mucho menores y la capacidad de reacción mucho mayor.

¿Por qué los hoteles de lujo no se han caído? Porque están construidos con mejores técnicas y materiales.

Y ¿por qué hay tantos campesinos malviviendo en chabolas construidas sobre laderas inestables en torno a Puerto Príncipe? Porque el dumping comercial de los Estados Unidos ha hundido la agricultura haitiana y obligado a los agricultores a emigrar a la ciudad. (EE.UU. y la Unión Europea subvencionan la producción y exportación agrícola de sus empresas, que pueden vender sus productos en otros países a un precio por debajo del de mercado, con el que los agricultores locales no pueden competir)

Y ¿por qué el gobierno haitiano carece de infraestructura para enfrentar todas estas situaciones? Porque, aparte de la posible corrupción y mala gestión, está ahogado por una deuda externa que nunca podrá pagar, una deuda externa en manos de organismos internacionales, los mismos que ahora proponen un plan Marshall para el país.

Al menos parece que hay buena voluntad por parte de la comunidad internacional para ayudar a los damnificados. Ahora sólo falta que haya una buena coordinación para que la ayuda sea lo más eficaz posible. Y ojala que no nos olvidemos de ellos en cuanto surja otra noticia que llene los informativos.

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