10 abril, 2007

En apoyo a la parroquia de Entrevías. CCP estatal

Hoy Domingo de Ramos nos dice Lucas de Jesús:
¡Cuánto he deseado cenar con vosotros en esta Pascua antes de mi Pasión!

Y a continuación, ni más ni menos, que instituyo la Eucaristía, para proseguir:
Los reyes de las naciones las dominan, y los que ejercen el poder se hacen llamar bienhechores. Pero vosotros nada de eso; al contrario, el más grande entre vosotros iguálese al más joven, y el que dirige, al que sirve. Vamos a ver, ¿quién es más grande, el que esta a la mesa, verdad? Pues yo estoy entre vosotros como quien sirve.

Jesús tenía clarísimo cual debe ser la postura de cualquier persona o institución que verdaderamente desee y quiera luchar por un sistema de relaciones donde domine la igualdad, la justicia, el amor, la armonía y la felicidad. También la parroquia de San Caros Borromeo, del barrio de Entrevías en Madrid, lo entiende así. Por eso su diversa, variopinta y rica comunidad está comprometida hasta el cuello con la causa de Jesús, que no es otra que la causa de los empobrecidos, de los marginados, de los que sufren, o peor, de los que ni existen... para el sistema, claro. Porque para la gente de la parroquia, que se retroalimentan humanamente entre ellos y se amamantan además de la “buena leche espiritual” de los tres curas de la parroquia, Javier, Enrique y Pepe (que lamentablemente ya conoce lo que es cerrarle una parroquia), ellos, los ninguneados, son los primeros en la mesa, son la prioridad de sus problemas, de sus inquietudes, de sus vicisitudes y de sus luchas.

Como debe ser, cuando se entiende sincera y coherentemente el espíritu de servicio que Jesús quiere transmitir. Y así se vive ese espíritu en Entrevías. Es una realidad encarnada en las entrañas de la parroquia de Vallecas. Y que además es proyectada, gracias a ese Espíritu Santo de Jesús, que es el mismo que se palpa en esa bendita parroquia, a otras múltiples situaciones del Estado Español, formando entre todas ellas una macro comunidad de vida y espíritu evangélico, al estilo del Nazareno, que no es otra que vivir los verdaderos valores humanos.

Siempre habla Jesús de servicio, de amor, que es lo importante; el rito es secundario y responde a los tiempos, a las culturas, a las circunstancias o a las necesidades del momento. A veces el rito más inverosímil es capaz de provocar los más sublimes y renovadores pensamientos y muchas veces la liturgia más tradicional también es capaz de producir el tedio, la apatía o la mayor esterilidad de las emociones. ¿Que pecado es mayor el readecuar el rito o la fidelidad al Evangelio?

¡Cuánto desean su diario encuentro, a pesar de los problemas que los reúnen! ¡Y cuánto desean su mesa semanal compartida, después de la misa también compartida! ¡Al estilo de Jesús y al deseo de Jesús! ¡Y en cuántas misas dominicales, sin embargo, se desconoce al próximo de al lado y se está deseando que termine el cura para salir corriendo!

No se entiende el cierre parroquial por parte de la Jerarquía eclesiástica. ¿Se está cerrando el Evangelio, el mensaje de Jesús? ¿Se está cerrando la esperanza de los empobrecidos, de los encarcelados, de los ninguneados, de los marginados, de los inexistentes? Por tanto, ¿se está cerrando el Espíritu de las Bienaventuranzas?

¿Por qué no se miman estos oasis de vida y fe, en lugar de castigarlos, o lo que es peor, intentar hacerlos desaparecer?

A veces se llega a pensar si no estamos nuevamente, ahora que estamos en la Semana de Pasión, recuperando los tenebrosos momentos de Judas que llevaban la intención de condenar a Jesús y a su proyecto a la cruz. ¡ Gracias a Dios que no fue así! porque, después de 2000 años, aún continúa vivo su mensaje, aunque sea en la mesa de los que continúan luchando por las causas injustamente perdidas y no en las que lo hacen anticristianamente en las fáciles mesas del poder.

Queridos hermanos y amigos de Entrevías, estamos totalmente con vosotros en estos momentos tan difíciles, estamos totalmente con vosotros ante estas decisiones tan injustas e inexplicables y estamos totalmente con vosotros ante todo los que nos pidáis. Os animamos a que sigáis esta importante lucha que también es la nuestra.

Abrazos para todos.

Comunidades Cristianas Populares del Estado Español.

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