22 junio, 2009

MENSAJE DE LOS CRISTIANOS Y CRISTIANAS DE ZARAGOZA ANTE LA CRISIS Y SUS EFECTOS

18 de junio de 2009

Al finalizar este curso, Cáritas, las Delegaciones Diocesanas de Apostolado Seglar, de Inmigración y de Pastoral Obrera, el Consejo Diocesano de Acción Católica, HOAC, JOC y el Movimiento Rural Cristiano de la diócesis de Zaragoza comunican a las comunidades cristianas, y a la sociedad en general, su reflexión y propuestas en torno a la crisis, teniendo como referente a Jesús de Nazaret, siempre compasivo y al lado de los más pobres, con el mandato que hizo a sus discípulos “Dadles vosotros de comer” (Mt, 14, 16) :

1.- HEMOS CONSTATADO:
• Que la crisis actual muestra una realidad “sacrificial”, con multitud de víctimas inocentes que ponen de manifiesto su alcance y gravedad: 4 millones de personas heridas por el paro, la precariedad laboral y sus dramáticas consecuencias; inmigrantes, en particular “sin papeles”, que ven endurecer sus condiciones de vida; familias amenazadas por embargos y desahucios; hogares que no pueden hacer frente a sus gastos básicos; personas que ya vivían la pobreza o marginación y ven amenazada la posibilidad de ayudas; jóvenes y mujeres, con menos oportunidades de acceder a un empleo y a un salario dignos.
• Que más allá de las finanzas o del consumo imperante son los modelos de persona y sociedad los que están en juego, alejándose cada día más del proyecto de Humanidad, que, como cristianos, identificamos con el Reino de Dios por el que hemos optado.

Constataciones que nos impulsan a trabajar por favorecer una conciencia y un compromiso social liberador, coherente con nuestra fe cristiana. En ese sentido:

2.- QUEREMOS DENUNCIAR:
* Que, desde la experiencia de Dios, que se solidariza con la causa de los pobres, el problema de fondo de la actual crisis es la idolatría del dinero, ya que con la economía del mercado, se ha convertido en un dios omipresente, omnipotente y omniexigente de nuestro mundo.
* La validez de un sistema económico que genera tantas víctimas, y no sólo en tiempos de crisis, pues como revela el último Informe Foessa, en el periodo de mayor bonanza económica, el número de personas en situación de pobreza, no descendió del 16% de la población española. Es un sistema enfermizo que es preciso sanar.
* La inmoralidad de muchas de las medidas tomadas, pues consagran un modelo que privatiza las ganancias y socializa las pérdidas, sin olvidar que se proporcionan cientos de miles de millones a los mercados bancarios, mientras se niegan recursos básicos a los millones de hambrientos y pobres del planeta.
* Las propuestas para abaratar el despido, aumentar la precariedad y la flexibilidad laboral, como salidas a la actual crisis, así como el uso excesivo y oportunista de los expedientes de regulación de empleo para sanear algunas empresas a costa de los trabajadores.

3.- Y QUEREMOS ANUNCIAR:
* Que, de acuerdo con la Doctrina Social de la Iglesia, la dignidad de la persona, lleva a considerarla siempre como sujeto y nunca como objeto; de ahí derivan la prioridad del trabajo sobre el capital y la exigencia de una economía más humana al servicio de todas las personas y del bien común, es decir, el bien de todos y de cada uno. Dignidad y proyecto utópico que, para los cristianos, se fundamentan en Dios Padre y Madre de la humanidad.
* El amor, centro del mensaje cristiano, frente al egoísmo, como camino para construir la convivencia y alcanzar la felicidad.
4.- POR ELLO INVITAMOS a tomar conciencia de que la salida de la crisis ha de ser fruto de un esfuerzo común de todos, señalando a modo de ejemplo, posibles respuestas y gestos:


A. Medidas que dependen de los gobiernos y de la presión de la sociedad:

1) Control de la economía por parte de la política, que posibilite supervisar los mercados y el diseño de políticas orientadas al bien común y al desarrollo sostenible:
a) Impuesto sobre los beneficios, estableciendo un fondo de inversión de carácter social.
b) Eliminación de paraísos fiscales y Tasa sobre los movimientos especulativos de capital, dedicada al desarrollo de los países pobres.

2) Atención preferente a las víctimas de la crisis. En concreto, medidas para combatir el paro, a través del diálogo social y valorando la conveniencia de un pacto social por el Empleo, entre otras:
a) Reforma laboral basada en la reducción del tiempo de trabajo y el reparto del empleo.
b) Elevar la cuantía del Salario Mínimo Interprofesional para evitar la existencia de trabajadores pobres.
c) Avanzar en un sistema de Renta Básica Garantizada como derecho y medio privilegiado para afrontar la pobreza severa, y como una forma de garantizar un salario ciudadano.

3) Redistribución de la renta y la riqueza, mediante una imposición progresiva, que favorezca el desarrollo de políticas sociales más eficaces y eficientes, como:
a) Acceso a una vivienda digna.
b) Adaptar las prestaciones de ayuda en situación de pobreza relativa (IAI, Ayudas de Urgente Necesidad, Ayudas de Integración Familiar) a la actual situación económica.
c) Poner límites a las ganancias desmesuradas de directivos empresariales, políticos, deportistas de élite y famosos…

4) Política de inmigración basada en el reconocimiento de la dignidad de los emigrantes y su derecho a la movilidad en un mundo globalizado para garantizar su supervivencia y la de sus familias.

5) Apoyo decidido a las iniciativas de economía social, comercio justo y banca ética.


6) Medidas de apoyo a la formación profesional y al empleo de los colectivos más desfavorecidos, como:
a) Medidas de apoyo a una formación profesional accesible y adaptada a las necesidades del mercado laboral y a los procesos de las personas más vulnerables.
b) Medidas de apoyo a los itinerarios personalizados de incorporación laboral (servicios de orientación laboral y acompañamiento, intermediación laboral, bonificación de contratos..).
c) Medidas de apoyo a la generación de empleo social para colectivos desfavorecidos (discriminación positiva en la contratación pública para empresas de inserción, Responsabilidad Social Corporativa, alternativas ocupacionales y actividades de utilidad pública).
d) Medidas de apoyo a la iniciativa emprendedora de las personas en desventaja social (autoempleo, microcréditos…).

7) Elaboración de propuestas, en el ámbito de la empresa, para combatir la crisis como la moderación salarial de los cargos directivos y no sólo de los trabajadores; mejor control y distribución de los beneficios, por ejemplo mediante la creación de fondos para la reinversión con participación de los trabajadores; ejercicio de una acción sindical coherente y valiente en la corresponsabilidad de la solución a la crisis…


B. Medidas que dependen de los diferentes colectivos sociales y/o eclesiales, y de nuestra acción personal.
Los cristianos estamos convencidos de que otro mundo es posible, y de que es necesario el esfuerzo de todos para salir de esta situación. Por ello proponemos:

1) Acompañar y ayudar a las víctimas de la crisis y a sus familias, para que puedan defender sus derechos y mejoren sus condiciones de vida.
a) Desde las Caritas parroquiales, los Movimientos Apostólicos y otras entidades de la Iglesia Diocesana.
b) Desde el compromiso social, sindical y político.

2) Denunciar las causas de la situación y realizar signos a favor de las víctimas de la crisis mediante:
a) Comités de solidaridad en barrios y pueblos.
b) Colectas en las parroquias para los empobrecidos por la crisis.

3) Revisar nuestros comportamientos económicos, desde el dinero sumergido, el trabajo sumergido, los pluriempleos no declarados, el consumismo desaforado, etc

4) Optar por un estilo de vida más austero sencillo y auténticamente humano, para que podamos vivir todos.


5) No vivir por encima de nuestras posibilidades personales y sociales, ni hipotecar los recursos de la naturaleza, la obra de la Creación para todos.


Y todo ello, convencidos de que la crisis es una oportunidad para construir conjuntamente una sociedad más justa, más libre y más igual para todas las personas, convicción que como cristianos apoyamos en nuestra esperanza en Cristo Resucitado. Queremos asumir que es más gratificante darse y dar que recibir, queremos que a nadie le falte lo que a otro le sobra, creemos que si cada uno pone en la mesa de la vida los talentos que tiene, habrá pan para todos y en abundancia. No queremos vivir con la cabeza agachada. Tenemos la esperanza y la ayuda de Dios.

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